Iniciar Sola para Decir 'Estoy Aquí'

Me siento sola en mi apartamento de Brooklyn a las 2 a.m., con el brillo de la pantalla proyectando sombras largas sobre la mesa digital. No por buscar victorias—sino porque aquí me siento más viva. No es juego: es liturgia. Cada apuesta es una oración susurrada: ‘Estoy aquí’. No conquisto el azar, sino que recuerdo que existo—entre algoritmos que aleatorizan resultados, pero que hacen espacio para mi respiración. La Fiesta Fuxiu? No. Pero el ritmo silencioso: la pausa entre apuestas, el timbre suave antes del siguiente premio—eso me une a algo real. Crecí entre culturas: oraciones judías en las cenas de Shabbat, tambores africanos en fiestas de Harlem, nanas irlandesas cantadas por la voz de mi abuela. Mis padres me enseñaron que la suerte no se da—se elige. Así elijo estar aquí. La plataforma lo llama ‘justicia RNG-certificada’. Pero la justicia no cura la soledad. ¿Qué lo hace? El ritual. Sigo las tendencias no por ganancia—sino por poesía: tres manos consecutivas como huellas en pavimento mojado tras la lluvia. No porque sea probable que continúe—sino porque se siente verdadera. No persigo botes jackpots. Espero la bonificación libre—como una linterna encendida durante el Año Nuevo Lunar—not como recompensa, sino como invitación: quédate un rato.