¿Estás Realmente En Línea?

Solía pensar que la victoria dependía del momento, de la carta perfecta. Pero tras noches en mi apartamento de Manhattan, mirando pantallas parpadeantes con té de jamaicano, entendí: el juego no estaba en las cartas. Estaba en el silencio entre clics. Mi madre, una maestra jamaiqueña, me enseñó que los rituales tienen sentido. Mi padre, un programador alemán, me mostró cómo los sistemas optimizan el comportamiento… y cómo borran la autenticidad. Juntos, me dieron una nueva lente: lo que llamamos ‘suerte’ es solo un algoritmo susurrando tu atención.

Ahora rastreo tres señales de desconexión:

1. Tu última victoria se sintió vacía — Scrollaste más de 30 minutos y no ganaste… pero seguiste ‘siguiendo’ porque sentías que te veían.
2. El sistema de recompensa se convirtió en tu identidad — Recopilabas capturas no por alegría, sino por validación.
3. La comunidad dejó de reflejarte — Te uniste a grupos para celebrar a otros… pero nadie respondió.

No creo en ‘rachas afortunadas’. Creo en las pausas.

Ayer noche abrí Figma y esbocé una nueva interfaz: fondo gris-azul limpio con líneas neón-pink trazando siluetas humanas—no avatares. Sin iconos brillantes. Solo espacio para sentir.